Las nuevas tecnologías están provocando una nueva revolución denominada “la Revolución de la Información”, y el principal objeto de esta revolución es la información e decir datos, conocimiento y programas que en la medida que estos transforman el tratamiento y almacenamiento de la información, van a modificar el sistema de las organizaciones y de la sociedad en su conjunto.
Naturalmente todas ellas tienen un impacto profundo en la calidad de vida de las organizaciones, ya que el desafío que impone hoy en día la tecnología a las organizaciones, es que, estas deben ser rediseñadas es decir volver a repensarlas en su contexto estructural y organizativo y más aun la forma en que se lidera a la gente. En tiempos actuales existen dispositivos móviles u otras tecnologías donde se pueden acceder y hacer muchas otras cosas que antes no se hacía, de la misma forma los puestos de trabajo van a tener una restructuración por la forma en que se hacen las cosas, porque donde existen trabajos que son rutinarios tendrán que mudarse, pero también existen puestos de trabajo que sin duda no podrán ser reemplazados, ya que las personas estando allí agregan un valor único a la organización, porque se trata de actividades donde las maquinas serán incapaz realizarlas.
Frente a este panorama, la tecnología también influye de manera positiva sobre la gente en importantes aspectos, como la eficiencia, la comunicación, la capacitación o la flexibilidad, sin embargo las organizaciones no deben olvidar que el principal capital es la gente, para ello la capacitación de profesionales vinculadas al conocimiento se vuelve un factor importante, para promover la innovación en cada una de ellas que busquen agregar algún valor a la organización.
Por tanto las nuevas tecnologías aplicadas al trabajo no debe verse como una amenaza, sino más bien como una ayuda que viene a complementar al trabajador, ya que solo sirviéndose de ella podrán aumentar su productividad y mejorar la economía en las organizaciones.
